La iniciativa propone que sea catalogado como acoso laboral toda instrucción, insinuación u orden de empleador, directivo, jefe o superior jerárquico inmediato o mediato, dada a un profesional de la salud para que cambie su diagnostico, modifique un tratamiento o cambie los medicamentos formulados a un paciente en contra de su criterio o de su autonomía profesional. Argumentan los autores de la iniciativa que en Colombia “es creciente la queja de los médicos por las constantes restricciones a su autonomía por parte de sus empleadores (EPS, IPS, ESE) generándoles un conflicto ético y una potencial responsabilidad personal y patrimonial frente a los pacientes, “quienes en últimas son los afectados por tratamientos inadecuados o medicinas poco efectivas frente al diagnostico emitido”.
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